La tablatura: divulgación y teorización musical en el siglo XVI
Daniela Peña Jaramillo
dapejara@gmail.com
La polifonía era el lenguaje musical en boga en el siglo XVI y algunos de sus medios de difusión más efectivos fueron los libros para laúd o vihuela que contenían intabulaciones, i.e., transcripciones o arreglos que se realizaban, para un instrumento de cuerda pulsada o de tecla, a partir de piezas vocales. Pero éstas, más allá de ser préstamos musicales, se erigieron como herramientas de enseñanza, de difusión y de teorización; la incipiente industria de la imprenta les permitió funcionar como divulgadoras de la polifonía para un público que no tenía, necesariamente, conocimientos profundos sobre el comportamiento musical. El éxito se debió a su medio de escritura, la tablatura, cuya simpleza se sobreponía a las dificultades que tenía la notación mensural.
Gracias al surgimiento de la imprenta se dio una apertura de los lugares de recepción de la música; una incipiente democratización de la experiencia sonora tendría lugar y, aunque con muchas limitaciones, se erigiría como el germen de un fenómeno que nunca paró; la fonografía, la grabación digital y las plataformas de streaming musical, relevarían a las intabulaciones y continuarían ampliando los espacios de la experiencia musical. Éstas, además, acompañarían y engrosarían la construcción de una vida musical urbana expandida y se convertirían en motores de divulgación de la polifonía a sectores de la sociedad que no podrían acceder a ella de otra manera.
La tablatura es aún hoy uno de los medios que permiten la incursión musical de muchos; con su ayuda, entusiastas de la guitarra, el bajo, el ukulele, el tiple, o cualquier instrumento de cuerda pulsada, se insertan en la experiencia musical sin la necesidad de tener conocimientos teóricos profundos. Su carácter geográfico y prescriptivo no discrimina a amateurs ni principiantes, y les abre la posibilidad de conocer y ejecutar música de una manera más sencilla que lo que permite la notación convencional. Aunque muchas veces es vista desde arriba, se ignoran los siglos de tradición en que la tablatura ha sido un héroe silencioso, divulgador del lenguaje musical e incluso portador de información, invisible en otros medios.
Veremos cómo este tipo de notación se convirtió en el medio más efectivo para acompañar la creación de una cultura musical urbana y doméstica, propiciada por la imprenta y reforzada por las intabulaciones; entenderemos que éstas funcionaron como uno de los vehículos de transmisión, teorización y aprendizaje de la polifonía, fuera de las catedrales y los palacios, y veremos la manera en que, en una época ajena y lejana a la radiodifusión, y gracias a su formato de escritura, i.e., la tablatura, permitieron que un público con conocimientos musicales limitados, accediera al lenguaje polifónico.
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El Encuentro sobre experiencias y perspectivas de la Notación y la Grafía Musical, se realiza en Bogotá, los días 6 y 7 de mayo de 2021.